Se hace necesario que, docentes, bibliotecarios y padres aúnen sus esfuerzos en beneficio de una cultura más tolerante y sin tabúes.
Podemos llegar a un entendimiento si ponemos de nuestra parte, pues, los niños son lo más importante si queremos formar grandes personas (y no digo hombres ni mujeres, sino personas).
Tenemos que proporcionarles medios necesarios para formarlos plenamente como seres humanos, pero esta tarea no es sólo de los docentes ni de los bibliotecarios, sino que es fundamental el entorno familiar en el que conviven.
La función educativa primordial de los docentes y bibliotecarios es, fomentar la lectura, la creatividad, las actividades culturales...; pero la de los padres es mucho más importante: afectividad, entendimiento, comunicación...
El propósito del bibliotecario y del docente es, despertar el deseo de lectura en aquellos usuarios que todavía no leen y afianzarlo en aquellos que ya lo hacen.
A través de los libros podemos enriquecernos individualmente si hacemos buen uso de ellos, no todos los libros son aconsejables, podemos encontrarnos con libros infantiles de matices racísta, machistas, de violencia...que nosotros deberíamos seleccionar para que no cayeran en sus manos.
¡Padres, docentes y bibliotecarios, eduquemos para la tolerancia y los niños gozarán de un mundo mejor!
¡Padres, docentes y bibliotecarios, eduquemos para la tolerancia y los niños gozarán de un mundo mejor!
Sandra Zaplana Muries
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